viernes, 17 de abril de 2009

"Sevillanitis crónica"


La “sevillanitis” crónica es un síntoma que aparece en muchos en cuaresma y se disuelve como una cucharada de sal en zig-zag en el mar. El “jartible” de turno solo ve más allá del peaje y desprecia todo aquello que tenga arraigo a su tierra. Lo curioso es que siendo de Jerez no admite la idiosincrasia (la poca que queda) de nuestra Semana Santa. Se suelen manifestar de distintas maneras: o bien en formato “no veo na con el costal” o con traje oscuro, pañuelo exagerado blanco y gritos de !vamos artista!, ¡ole mi arma!. Otro de los síntomas preocupantes es vestir la túnica en una cofradía de Sevilla sin haber pisado la Hemandad en todo el año, o lo que es peor, sin tener vinculación alguna con la misma. ¿Habrá cofradías en Jerez?. No, el caso es vestirse en Sevilla que viste mucho.
Es indudable que Jerez se transformó poco a poco y adquirió los cánones sevillanos para así transformarse en una copia casi al dedillo de la semana mayor hispalense. Ésta transformación nos deparó, eso sí, la adquisición de joyas del patrimonio cofrade sevillano, como el palio del Desconsuelo, La Piedad o Mayor Dolor y misterios cómo el de Sta Marta, entre otras cosas.
Por eso, cada año, es un deleite ver cofradías como la de El Cristo o el Nazareno. La de El Cristo por su navegar mas que caminar con ese sabor añejo y rancio. La de Jesús por ser un tesoro que custodia tal cual eran las procesiones en Jerez hace siglos.
Más preocupante, si cabe, es la imitación de la carrera oficial con el pasillo estrecho (con horquillas es difícil pasar) y gradas monumentales que son un verdadero obstáculo para el cofrade a pie. Siempre me imagino, a El Cristo de Jerez, cruzando el puente de Triana que sería algo así como el no va más a nivel mundial, porque sí de algo puede presumir Sevilla, es de defender los suyo presumiendo más que nadie.
La acotación de nuestra carrera oficial, además de claustrofóbica, es un atentado contra la estética al quitar de un plumazo el paso por plazas como La Asunción, que es sin duda, el lugar más bello de Jerez donde se conjugan diferentes estilos arquitectónicos de gran valor.
Otra de las grandiosas joyas de nuestra Semana Mayor es la saeta. Sobre todo ésa que se lanza por seguirillas y que tiene en Jerez a sus mejores intérpretes como Luis de Pacote, Zambo o Manuel Moneo, entre otros, sin olvidar a El Guapo. Otro día escribiré sobre José Jiménez “Locajo” que además de ser familia mía me cuentan fue uno de los mejores saeteros que ha dado nuestra tierra.

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