Por Daniel González Sánchez
Me caracterizo por la autocrítica que creo más sano y valiente, que desmerecer a mis bien llamados semejantes. Por tanto, no puedo sino opinar sobre las conclusiones de lo vivido desde mi fé, esta Semana Santa.
La idiosincrasia de nuestro Jerez, de su forma de vivir esta época de “primeros verdes”, se pierde por años. Además no ponemos remedio para ello ó tal vez no queremos. Cada Noche de Jesús (o “Madrugá” para algunos), a las tres y media bajo el paso de Jesús, retumban en mi cabeza las palabras de mi abuelo el sacristán; “Ojalá llueva esta noche”. Ahora lo entiendo. Me paro a pensar, si lo verdaderamente importante será aplaudir desde los palcos al Prendimiento por no retrasarse en su entrada en Carrera Oficial. O si tal vez que deberíamos incluir una Hermandad de capa en la Noche de Jesús para “alegrar más el cotarro".
Predicamos una semana de reflexión, La Noche De Jesús es, sobre todo, la noche del martirio de Cristo. Vivámoslo de una forma propia, que desde siglos fue genuina. No transmitimos esta idea a los que nos siguen. Tenemos la suerte de dar testimonio de fé y esperanza al pueblo mediante verdaderas obras de arte. No colapsemos esa idea. No decaigamos en demagogia absurda y desviemos la atención a diálogos burdos y triviales.
Como he escuchado alguna vez, también es buena semana para ir a la playa, si no. Ojalá la próxima Noche de Jesús “lluevan” sobre nosotros buenos propósitos, compresión al prójimo, ganas de trabajar y salud para contarlo. Tal vez a esa “lluvia” se refería mi abuelo el sacristán
martes, 21 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario